Para
Reflexión y Oración
Mensaje
de Interés: Los Estados Unidos
El
8 de julio de 1992, durante el tiempo en que Christina impartía una serie
de pláticas en los Estados Unidos, ella recibió un mensaje de Jesús, y
presenció la aparición de la Ira de Dios que ha de venir – una ira que
también podría golpear como un rayo.
“Oh,
ustedes, gente pecadora de esta generación. Ahora Yo los destruyo a todos
ustedes que Me han abandonado”.
En
medio de esta exaltación, Jesús súbitamente apareció en el Cielo con
Su mano derecha levantada y la palma de Sus mano hacia el frente. El se
acercó a Christina a gran velocidad. Súbitamente ella vió grandes edificios destrozarse, caerse
y desaparecer en un abismo. Después vió un destello explosivo de luz.
Mientras el Señor se dirigía a otra área, ella vió a una mujer
abrazada a su hijo que lloraba y decía, “¡Sálvanos!, ¡Sálvanos
por el bien de los niños!”
Después
Christina vió una avalancha, llevándose árboles y todo en su camino. “Reza,
por esta generación pecadora", le dijo Jesús, mientras se
desvanecía la aterrorizante visión.
Tres días después, el 11 de julio de 1992, cuando veía la ciudad de Los Angeles desde un balcón, Christina tuvo otra experiencia. Ella estaba sola esa noche cuando Jesús se apareció. “Bienvenida de nuevo a Mi santuario”, le dijo. Refiriéndose a Los Angeles, El le dijo, “los pecados cometidos aquí están más allá de tu comprensión”.
Más
tarde esa misma noche, el Señor nuevamente se le apareció a Christina en
el Cielo, y la llevó hasta la orilla del balcón. El vestía de blanco
con un cinturón alrededor de su cintura. El le hizo una invitación: "Ven,
camina Conmigo”. Pero ella no entendió completamente su significado.
Después de esto, El se acercó a ella y tocó su cara con Sus dedos.
Cuando El se acercó, parecía triste mas no enojado, comenta Christina.
Pero cuando volvió al Cielo, El se puso firme. A su izquierda estaba el
ángel de la Ira de Dios, a quien Christina reconoció por una aparición
previa, vestido de rojo, y sosteniendo una espada. Bajo el ángel se
hallaba una nube oscura que se posó sobre la ciudad.
Instintivamente,
Christina rogó a Jesús para que detuviera al ángel, pues intuitivamente
comprendió su misión. Con
esto el ángel se retiró. Después Jesús invitó a Christina a leer un
libro grande que sostenía abierto en Su Mano. A pesar de que la impresión
estaba legible, ella se negó a leer. Ella tembló frente al libro, después
dijo que no podía soportar el verlo. Después sobre de ella, a su
izquierda, aparecieron la Virgen María y Santa Catarina. A pesar de que
ella les pidió su intervención, no respondieron. Christina entendió que
el tiempo en el que Nuestra Madre Bendita llama al arrepentimiento, daría
paso a la justicia de Dios.
Súbitamente,
un resplandor de relámpagos salió de la nube del Angel de la Ira, y ¡la
ciudad fue cubierta con sangre!.
Después
de esto aparecieron ángeles y se posaron sobre la ciudad. Curiosamente,
estos ángeles no estaban tristes, no estaban alterados por lo ocurrido.
La Virgen María y Santa Catarina, parecía que entendían la voluntad de
Dios para esta ciudad.
A
pesar de que todo el suceso duró sólo 15 minutos, dejó a Christina
temblando. La impresión y el horror la envolvieron por días. Después
llegamos a la conclusión que debió haber sido el Libro de la Vida al que
se refieren Las Escrituras, y que Jesús le quería enseñar como
justificación de Sus acciones sobre la ciudad. El Libro de la Vida, como sabemos por medio de
las Escrituras, contiene los pecados del mundo. La persona cuyo nombre no
esté escrito en el Libro de la Vida, no se salvará.
Respecto
a los Estados Unidos, Jesús le mostró a Christina – además de la
purificación de Los Angeles-, otros lugares que parecían similares a Los
Angeles en diferentes partes de América.
En una ocasión ella pudo ver la costa y el agua inundando las
casas, y cadáveres en el suelo. Había un gran número de diferentes
calamidades que Jesús le mostró, y que ella entendió se trataba de la
Justicia de Dios. Ella supo, y estaba muy consciente, de que había muchas
partes de América que serían golpeadas por lo que la gente llamaría “desastres
naturales”. Pero, de hecho, realmente era la Justicia de Dios en
forma de desastres naturales.
Esto
trae a colación un punto interesante que Christina desea explicar más:
“Los desastres ocurrirán hasta que alcancen un nivel en particular en que la gente no pueda llamarles más “desastres naturales” o cosas que sólo pasan porque sí. Finalmente sabrán que los desastres no eran naturales cuando alcancen un nivel cumbre. Entonces la gente se percatará de que hay algo realmente mal”.
Al
principio, la gente trataré de explicar todo como desastres naturales o sólo
“cosas extrañas”.
Van a voltear a la ciencia para que les ofrezca explicaciones.
Describirán las tormentas, etc. como “fenómenos
extraordinarios”. Ellos
no querrán aceptar que los pecados del mundo están ocasionando esto
sobre nosotros. Christina vió que el miedo crecía en la gente mientras
los acontecimientos sobrepasaban cualquier cosa antes experimentada.
Entonces ellos sabrán que esto no es “natural”. Sin embargo,
ellos no se convertirán automáticamente por razón de los sufrimientos
que se incrementan. En ese momento no todos voltearán hacia Dios para
pedirle ayuda. Tanto las guerras como los problemas darán pie al ateísmo
y al escepticismo. Después
de esto seguirá la desesperación.
Así que los desastres causarán que algunos insulten a Dios en
lugar de convertirse. Ellos se enojarán más y en lugar de acercarse más
a Dios, se ahogarán cada vez más hondo en el pecado.
También, como preparación de estos acontecimientos que Jesús le
dijo a Christina,
“el pecado crecerá más rápido que la hierba mala y aquellos que creen, deberán creer por aquellos que no creen”